Es bastante probable que al pensar en actividades educativas y entretenidas para tus niños lo primero que se te venga a la cabeza sean paseos y manualidades, especialmente estas últimas ya que se pueden hacer en casa, en cualquier momento e ir dosificando las instancias para no quemar todos los cartuchos en un solo día.
Especialmente en los más de 2 meses de vacaciones escolares, comienzan a navegar ansiosamente por nuestro blog y por Pinterest para buscar nuevas ideas que mantengan a tus hijos motivados, con reales ganas de dedicar tiempo a potenciar el mini artista que todos llevan dentro.
Aprovechando los días de calor, propón a tus hijos hacer del jardín su mejor espacio de entretención; que se pongan en mentalidad de jardineros / agricultores y se posicionen en el rol de mini jardineros.
Tener un pequeño jardín y/o huerto en casa, en el que los niños colaboren en todo y ojalá lo hagan y lo sientan propio, resulta una excelente instancia para que se beneficien en distintos sentidos, como te explicamos a continuación. ¡IMPORTANTE! Si vives en departamento, existen muchas opciones para que puedan tener mini huertos, aunque sea en la más pequeña de las terrazas o cerca de la ventana de la cocina. Para motivarte a buscar un espacio, considera que quienes viven en departamento tienen menos contacto con la naturaleza, especialmente en las ciudades.
BENEFICIOS DEL CONTACTO CON LAS PLANTAS
- Crear conciencia ecológica. Si desde pequeños conectan y desarrollan amor por las plantas, aprendiendo a sembrar y cuidarlas, lo más probable es que le den protagonismo durante toda su vida.
- Destrezas manuales. Utilizar las diferentes herramientas de jardinería, como regaderas, tijeras especiales, rastrillo, palas, etc, contribuyen al desarrollo de sus habilidades motrices finas y gruesas.
- Cuando cultivan (o ayudan a) sus propias hortalizas, van aprendiendo las diferentes propiedades nutricionales y beneficios para el ser humano, y seguramente serán más aficionados al consumo de frutas y vegetales.
- Aprendizaje de conceptos básicos de ciencia: al aprender a sembrar, regar, cuidar el crecimiento y el entorno, están aplicando botánica, investigación científica, matemáticas. Conocen el nombre de las plantas, su clasificación, el ciclo de la naturaleza y su proceso de crecimiento, así como a calcular cantidades de abono y agua que deben utilizar.
- Desarrollan la observación atenta. Si van registrando (solos o con tu ayuda) los tipos de semilla que plantaron, la fecha, los cambios que va experimentando, su época de florecimiento, sus necesidades, etc. se hacen parte del proceso y aprenden empíricamente cómo las plantas cambian y crecen y cuál es el mejor momento de sembrar y trasplantar.
- Desarrollo de la paciencia. Aunque algunas crecen muy rápido, otras se toman su tiempo, y enseñarles que el proceso es tan enriquecedor como el resultado, les servirá para muchas cosas en la vida.
- Asimismo, ir entrenando la tolerancia a la frustración cuando una acción no da el resultado esperado, les enseña que la vida es así, con ciclos, con resultados buenos y otros no tanto, y que muchas cosas escapan de su control.
- Experimentan el desarrollo afectivo y emocional que implica el cuidado de un ser vivo, y los resultados que se obtienen de eso.
- Fomentar habilidades sociales para trabajar en equipo y relacionarse donde cada participante cumpla sus funciones y colabore activamente en el cuidado del jardín.
CONSIDERACIONES:
- Para un involucramiento aún mayor, que los niños hagan manualidades en torno al tema. Ideas: crear y decorar macetas a partir de materiales reciclados (potes de crema, latas, botellas), personalizar y marcar sus herramientas decorándolas como quieran, participar en la confección de un delantal de jardinería, hacer una regadera con una botella de plástico, una almohadilla con goma eva para cuando están arrodillados en la tierra, etc.
- A partir de los 2 y 3 años, pueden ayudar a regar las plantas y retirar maleza.Entre los 4 y los 5 se les puede enseñar a sembrar semillas. Desde los 6 años, ya pueden hacerse cargo de un pequeño jardín o de alguna maceta por sí mismos.
- Que participen en el proceso desde el comienzo: preparar la tierra, delimitar los espacios, identificar las semillas, etc.
- Dejar que los niños escojan plantas que le gusten.
- Al iniciarse, privilegiar las que sean de rápido crecimiento (porotos, lentejas)
- Así mismo, incluir las que además de crecer rápido, sean grandes y vistosas, como los girasoles, zapallo, melones, choclos.
OTROS PROYECTOS CON PLANTAS Y VEGETALES
MICRO JARDINES. Con suculentas en macetas pequeñas, o en una más grande combinando varias diferentes, poniendo piedrecitas u otros elementos que quieran. La misma idea en formato terrario es igual de mágica para ellos. En cualquiera de los dos casos, la clave está en el agua, pues el déficit o exceso de ella pueden echar por tierra el proyecto.
FAMILIA CABEZA DE PASTO. Estos personajes no pasan de moda y les fascinan a los niños. Pueden hacerlos en un envase (parte de debajo de una botella, vaso plástico, pote de crema), que rellenan con sustrato y semillas de pasto o trigo, para luego decorar el recipiente como una cara. La otra opción es cortar una panty a la altura del tobillo, y seguir el mismo procedimiento, introduciendo luego la parte con el nudo en un vaso para que vaya absorbiendo agua lentamente
REBROTAR VEGETALES. Apio, zanahoria, cebolla, piña, palta, lechuga. Todos pueden reproducirse a partir de su base, que se corta y se pone en un recipiente con un poco de agua (sin cubrir). Vigilando que siempre esté húmeda, desde el tercer día comienzan a brotar. Pueden consumirse, o dejarlos como elemento decorativo.
LEGUMBRES. Un clásico de todos los tiempos y que lo seguirá siendo, por lo gráfico y fácil que es para mostrarle a los niños el mágico ciclo de la vida vegetal. Basta con poner algodón al fondo de un frasco de vidrio, humedecerlo y poner lentejas (u otra legumbre) entre medio, un poco apretadas entre medio del algodón. Situarlo cerca de un lugar con luz, y mantener el algodón siempre húmedo (no empapado) A los pocos días, comienzan a brotar.
FRUTAS. Germinar semillas una vez que las hayan comido. Limones, manzanas, higos, mangos, peras, frutillas, tomate. Todo lo que tenga hueso y semillas, se puede germinar. La mayoría sólo necesita oscuridad y un poco de humedad para que empiece el proceso. Se ponen sobre un macetero con tierra cubiertas por un papel de cocina. OJO: dejarles claro que no todas van a resultar, por lo que para evitar exceso de frustraciones, recomendamos hacer más de un intento a la vez.
ESPECIES. Cualquier rama aromática, como albahaca, menta, tomillo, romero, menta. Ponerlas en un vaso con agua, sacando las hojas de abajo y dejando tallo, para reproducirlas por esquejes: cuando salen los nuevos brotes, se pasan a la tierra y sale una nueva planta. Cada mañana ven a través del vaso como la rama va dando nuevas raíces
PALTA. Es imperdible cultivarla en un vaso, pues se ve muy claramente como es el proceso de germinación de una semilla. Lavar bien el hueso (sin quitarle la corteza) y clavarle 4 mondadientes en la mitad, uno por cada cara, para que quede sumergida solo la parte más ancha en un vaso con agua. Cada 2-3 días, cambiar el agua, cuidando de no pasar a llevar las raíces. Dejarla crecer en un lugar donde le dé el sol. A las 3-4 semanas debiera comenzar a echar raíces. Cuando haya crecido lo suficiente, esto es, que tenga hojas nuevas, plantarla en la tierra, cuidando que el tronco y la punta del carozo queden fuera de la tierra. Desde ahí, regarla para que esté siempre húmeda…y disfrutar su crecimiento con los años.
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