Tienes en mente un proyecto para tu casa y estás con toda la energía para poner manos a la obra. Sabes donde estás hoy y tienes más o menos claro a dónde quieres llegar, pasas horas buscando inspiración en Instagram y/o Pinterest y todo te gusta. Vas guardando y guardando, llenándote de ideas y cada vez te motivas más. Sin embargo, no logras dar el primer paso, organizar todo ese material y poner manos a la obra. Necesitas un moodboard , un tablero o “muro” de inspiración.
¿Qué es?
Un collage estratégico. Un tablero en el que vas pegando recortes de cosas relacionadas con tu proyecto, como fotos, muestras materiales y texturas, gráficas con el “paso a paso” de algo, referencias de colores.
Esta herramienta visual que te ayuda a desarrollar un proyecto creativo, se convierte en una hoja de ruta que te irá guiando para que llegues al resultado esperado. Pese a que existe la opción de hacerlo en formato digital, en este espacio somos “creativos manuales”, amantes del papel, a la antigua. Tener tu moodboard en formato físico en un lugar destacado bien a la vista, te recordará que tu proyecto está ahí, a la espera de que termines el proceso creativo y pases a la acción. Sin dudas, te motivará e inspirará a diario.
¿Por qué es necesario?
Porque además de ser una herramienta de expresión, es una instancia de reflexión y de creación, ya que durante el proceso, pareciera que tu proyecto cobra vida, ya que al ir jugando con tus ideas, aparecen nuevas, y las vas asociando. Así, el juego que se va produciendo al incorporar estilos, colores, tendencias, novedades, puede llevarte a mejorar o potenciar tu idea inicial, derivando en un concepto final mucho más potente.
Beneficios concretos.
- Aclarar tus ideas.
- Hacer visible lo que ronda en tu mente.
- Expresar toda la creatividad que llevas dentro.
- Descubrir y definir tu estilo propio.
- Organizar las etapas del proyecto.
- Ordenas los pasos a seguir.
- Hacer el ensayo y error en el papel.
Cómo construir tu moodboard
- Lo primero, es decidir las dimensiones de tu tablero y el soporte. Puede ser un corcho, cartón, cartulina, madera e incluso la pared. Lo mejor es que te permita poder ir cambiando de lugar los recortes, ya que verás como durante el proceso creativo, tus ideas y gustos van variando.
- Luego, define los conceptos o palabras clave que quieres lograr sentir/transmitir con tu proyecto, y un título lúdico que los englobe. Acá es importante que sean pocas, para que no te disperses y confundas. La idea siempre, si es tu primera vez abordando un proyecto de esta manera, es que lo hagas simple y placentero para ti. Cuando se trata de crear, pasarlo bien es la consigna.
- Ahora es cuando comienzas a recopilar e ir juntando el material. ¡Todo vale! Imágenes, colores, muestras, palabras, frases, materiales, símbolos, etc. Un tip: incluye fotos sacadas por ti, recuerda que la inspiración puede llegarte de diversos lados. De paseo por el parque puedes fijarte en la textura o color de un árbol y linkearlo con alguna de las ideas que tienes. Te recomendamos ir guardando en forma categorizada el material, rotulando por tema; para los recortes, las fundas protectoras para archivador son una excelente opción.
- Cuando consideres que ya tienes material suficiente, empieza a seleccionar. Puedes agrupar por categorías, ponerlos todos a la vista e ir filtrando. Revisa los conceptos claves que determinaste y quédate con lo que los represente y ¡con todo lo que te encante!
- Llegó el momento: comienzas a armar tu moodboard. Vas poniendo los elementos seleccionados, de distintas maneras, jugando con los tamaños, las formas, el espacio, combinando los tipos de material. Dejando un poco de aire entre medio para poder ir moviendo y agregando notas o ideas nuevas, y para no saturarte visualmente, ya que eso puede jugar en contra. Tómate tu tiempo, seguramente esta etapa puede durar varios días. Tú fijas tus tiempos sobre la base de la fecha límite contemplada para comenzar a implementar.
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