Gestionar la autocrítica y cultivar una actitud compasiva hacia uno mismo en el proceso creativo puede ser una clave para desarrollar una relación saludable con nuestra creatividad.
Muchas personas se enfrentan a la autocrítica como una barrera en sus proyectos creativos, y aprender a abordarla positivamente es esencial para fomentar la confianza y la autoaceptación.
En esta oportunidad, queremos mostrarte algunas herramientas y prácticas efectivas para manejar la autocrítica y construir una actitud de compasión personal.
Reenfocar la autocrítica
El diálogo interno es una herramienta poderosa, y ajustar la manera en que nos hablamos puede marcar una diferencia profunda en nuestra autopercepción.
Una forma de hacerlo es identificar las frases que usamos al criticarnos y cambiarlas por un lenguaje más amable y constructivo.
En lugar de “esto está mal, nunca lo lograré”, intenta decir “el error es parte del proceso.”
Esta práctica de dialogar de manera más amable y comprensiva ayuda a romper con la rigidez de la autocrítica y a ver los errores como una parte natural del crecimiento creativo.
Además, visualizar cómo responderías a un amigo que enfrenta una situación similar puede ayudarte a suavizar el tono de tu autocrítica.
Ser compasivo contigo mismo de la misma manera que lo serías con otros promueve una mayor confianza y paciencia con tu propio proceso.
Practicar la mindfulness o atención plena
La atención plena es una herramienta de autoconocimiento que permite observar nuestros pensamientos y emociones sin juzgar.
Practicar mindfulness al sentir que la autocrítica surge puede ser útil para entender de dónde proviene esa voz crítica y para distanciarse de ella.
La idea es reconocer la autocrítica como un pensamiento pasajero en lugar de una verdad absoluta, lo que permite gestionarla sin caer en un ciclo de autorreproche.
Un ejercicio simple de mindfulness consiste en tomar una pausa, cerrar los ojos, y respirar profundamente.
Observa los pensamientos críticos como si fueran nubes que pasan en el cielo. No necesitas reaccionar ante ellos.
Diario Creativo
Escribir un diario puede ayudarte a procesar y reflejar tu experiencia creativa sin miedo a la crítica externa.
En él, puedes explorar tus emociones y pensamientos acerca de tus proyectos, incluyendo miedos e inseguridades.
Dedica algunos minutos al final de cada sesión creativa para anotar tus sentimientos y experiencias. También puedes registrar los logros y los momentos de progreso, lo cual puede ayudarte a recordar tus avances y a construir una perspectiva más positiva hacia tu trabajo creativo.
Establecer metas realistas y dividir el trabajo
La autocrítica se intensifica cuando nuestras expectativas son demasiado altas o poco realistas.
Establecer metas claras y alcanzables para cada proyecto creativo puede reducir la presión y hacer que cada paso sea más manejable.
En lugar de abordar un proyecto en su totalidad, empieza con lo básico, divide el trabajo en etapas pequeñas y celebrables.
Esto no solo te permite disfrutar el proceso creativo, sino que también hace que el éxito sea más accesible.
Apreciación por el trabajo creativo
La autocrítica a menudo eclipsa nuestras habilidades y logros, y un ejercicio útil es dedicar tiempo a observar tus propias creaciones con una mirada apreciativa.
Esto puede incluir revisar trabajos previos para recordar tu progreso, enfocarte en las partes del trabajo que más disfrutas o en lo que has aprendido a lo largo del proceso.
Considera tener una colección de tus mejores trabajos o incluso una lista de logros que refleje tu crecimiento creativo.
Practicar la visualización de éxitos futuros
En lugar de enfocarte en los posibles errores o fallos, imagina el resultado positivo de tu esfuerzo creativo.
Al visualizar momentos en los que logras tus metas, o en los que recibes reconocimiento por tu trabajo, estás fomentando una mentalidad positiva y fortaleciendo tu confianza.
Además, en lugar de pensar en el resultado final, visualiza el proceso mismo como algo gratificante y enriquecedor.
La visualización no solo te ayuda a reducir la autocrítica, sino que también te permite disfrutar más del camino, sin esperar la perfección en cada paso.
Apoyo y feedback constructivo
Compartir tus experiencias y trabajos con personas de confianza puede ayudarte a gestionar la autocrítica.
Un profesor, un grupo de apoyo creativo, o incluso un amigo cercano pueden ofrecerte una perspectiva externa más objetiva y alentadora.
Cuando pidas feedback, especifica que estás buscando críticas constructivas para mejorar y recibir apoyo.
Esto te ayuda a crear un espacio seguro para el crecimiento, en lugar de un entorno de juicio severo.
La autocrítica puede ser tanto un obstáculo como una fuente de aprendizaje en el proceso creativo.
En Artel creemos que adoptar una perspectiva compasiva y constructiva hacia nuestras propias habilidades creativas nos permite enfrentar desafíos con resiliencia y disfrutar más de cada etapa del proceso.