El puntillismo, como otras técnicas de las artes plásticas, es mundialmente conocido por la obra de importantes artistas.
En este caso, figuras como G. P. Seurat, Vicent van Gogh, Anna Boch, entre otros puede que estén dentro de las obras que más conoces.
Esta, como toda técnica, posee algunos pasos que puedes seguir para introducirte en el mundo de los puntos y manchas de pintura.
Si te interesa desarrollar este estilo, es importante conocer algunos aspectos que facilitarán la práctica de esta hermosa técnica.
Te invitamos a conocer 5 tips para practicar el puntillismo, así como algunos aspectos más relevantes de su historia.
¿Qué conocemos como Puntillismo?
Cuando hablamos de puntillismo nos referimos al estilo de las artes plásticas cuya técnica es realizar una obra mediante el uso de puntos.
Se conoce como un género desde 1886 con la obra del pintor Georges Seurat y posteriormente con la obra de diversos autores.
Esta técnica consiste en sustituir el uso de un trazo o pincelada por el de puntos de color. En un comienzo, eran puntos planos, pero con el paso del tiempo, la técnica ha ido incorporando el uso de golpes de color como en el Caso de la obra de Vicent Van Gogh, uno de los principales y más conocidos exponentes de este género.
1. Ejercita la mirada observando obras
Cuando pensamos esta técnica, vemos que el efecto que se logra en cuanto a definición de la obra y composición es desde la observación a una cierta distancia que permita que el ojo una cada uno de estos puntos o trazos y los interprete en su conjunto.
Por el contrario, cada vez que nos acercamos a la obra, podremos ver cada uno de los puntos de forma individual.
Busca imágenes de obras realizadas bajo la técnica del puntillismo y observa la disposición de los puntos y/o trazos acercándote o alejándote de ella. Observar otras obras te permitirá identificar detalles compositivos, manejos de luz y sombra, entre otras características.
2. Define tu paleta de color
Para iniciarte en el puntillismo, te recomendamos trabajar con paletas de colores sencillas en cualquiera de sus variantes.
- Monocromáticas: Estas obras se caracterizan por llevar una variante de color contra el fondo. En general es negro, peor puede ser cualquier color único que se plasme en la superficie donde estás trabajando.
- Policromáticas: La característica principal es la utilización de colores y sombras en las regiones de composición de la obra. Las luces se van generando por la utilización de diversos tonos y con ello dar volumen y densidad a la imagen que se está plasmando.
3. Practica rellenado formas
Toma una forma de cualquier tipo, por ejemplo el círculo de un vaso y prueba rellenándola con puntos.
Relaiza distintos ejercicios de color, tamaño de puntos, tanto por dentro como por fuera de cada una de las figuras.
La idea es que vayas conociendo tu pulso y el ritmo de tu mano.
4. Realiza un ensayo monocromático
Toma un dibujo previo o una fotografía en blanco y negro para basarte en este ejercicio, así te será más fácil identificar la luz, sombra y los contrastes.
Luego trazamos pequeñas hileras de puntos en nuestra superficie de trabajo los bordes de las imágenes que observamos como nuestra base.
Este paso es solo a modo de delimitar, recuerda que luego puedes añadir más puntos, así que no te preocupes si quedan algo dispersos unos entre sí.
El efecto de luz y sombra y la densidad de las partes de una imagen, en el caso de los monocromáticos, se logra agrupando más o menos puntos. Recuerda siempre tener cuidado de no juntarlos muy cerca y que se unan en una especie de mancha.
Imagina que si alguien observa muy de cerca, debe ser capaz de identificar cada uno de ellos, como si fueran un píxel de una computadora o un grano de una fotografía.
Inicia por las áreas más claras, para luego ir dando densidad a las zonas más oscuras.
5. Realiza una obra con tonos policromáticos
Selecciona una imagen que quieras plasmar en tu ejercicio de práctica. La recomendación es que inicies con un objeto concreto o una fotografía, ya que los paisajes pueden resultar más complejos al inicio.
Puedes realizar un boceto con un lápiz o carboncillo muy fino y suave para trazar los bordes de las imágenes.
Mediante la observación de los colores, se inicia la coloración a través de puntos. Aplica tonos suaves a las partes de luz y trata de mantener el mismo grosor de los puntos, para lograr un resultado armónico.
Prueba con diversos materiales estos ejercicios, usando marcadores, témperas, óleo, acrílicos, rotuladores, entre otros materiales que en Artel tenemos disponibles para que realices tu proyecto con las mejores herramientas.